Se va para no volver. Ha sido un ADIÓS, un adiós para siempre, una despedida de las que suena "hasta nunca".
Pero a pesar de la crudeza del momento, fue una conversación distendida hablando de lo pesaditas que son sus fuckingfriends, de lo feas que son sus camisas de bibliotecario rancio, de lo repelente que soy, de la altura de los panchitos... Me he reido en una despedida. Por eso la persona que se va es especial.
Despedida sin traumas, e indolora. Quizá porque hemos tenido "muchos malos ratos", y ya somos inmunes.
Un trocito pequeño de mi corazón, se va a Chile con "el cuqui". Espero que no me olvide nunca.
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